EUROPA PRESS

16 julio 2024

 

No es oro todo lo que reluce con los nuevos fármacos contra la obesidad

 

Con la reciente llegada de ‘Mounjaro’ este mes de julio, en España ya contamos con varios medicamentos con propiedades adelgazantes para tratar la diabetes y la obesidad. El problema que está surgiendo es que los pacientes piensan que los fármacos son la principal medida para luchar contra la obesidad, cuando esto no es así, sino que lo primordial es el estilo de vida del paciente; al mismo tiempo que se está produciendo un desabastecimiento de estos productos sanitarios para los pacientes con diabetes.

 

"El tratamiento de la obesidad es una prioridad para nuestra salud pública. Recientemente, se ha observado un aumento en el uso de fármacos para ayudar en la pérdida de peso. Si bien estos medicamentos pueden ser útiles para algunas personas, es crucial que se utilicen con responsabilidad y bajo supervisión médica", denuncia en este sentido la doctora Lilliam Flores, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO).

 

Se debe recordar en este sentido, tal y como defiende la también especialista de la Unidad de Obesidad del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínic de Barcelona, que la obesidad es una "condición compleja" que requiere de un enfoque multifacético: "Los medicamentos pueden ser una herramienta útil, pero no sustituyen la importancia de un estilo de vida saludable y equilibrado".

 

Así, advierte en otra entrevista con Infosalus la doctora Rocío Villar Taibo, vocal de la Sociedad Española de Diabetes (SED) y especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, que los ‘agonistas del receptor de GLP1’, como así se llaman a estos fármacos, se trata de productos "con importantes beneficios", no sólo en el control de los niveles de azúcar en los pacientes diabéticos, sino que presentan otros beneficios a nivel cardíaco o renal, y que también conllevan reducciones significativas de peso, a través de una disminución del apetito y un aumento de la saciedad.

 

"Esto ha motivado que su uso en personas con obesidad o sobrepeso haya aumentado de manera exponencial en estos últimos años y probablemente explique la situación actual de falta de stock", aclara la miembro de la Sociedad Española de Diabetes.

 

Más soluciones para tratar la obesidad

Mientras, la experta de la Sociedad Española de Obesidad, la doctora Flores, sostiene que los nuevos fármacos para la obesidad están ofreciendo soluciones "más efectivas y mejor toleradas", "lo que está transformando el panorama del tratamiento de la obesidad". Sin embargo, sí considera que hay que tener en cuenta que dentro del esquema terapéutico de la obesidad se debe evaluar la necesidad de medicación, la cual en nuestro Sistema Nacional de Salud se basa en el índice de masa corporal o IMC, la presencia de comorbilidades, y la respuesta a las intervenciones no farmacológicas.

 

"En la actualidad los medicamentos comercializados en España para el tratamiento del exceso de peso son: ‘liraglutide’ (Saxenda), ‘semaglutide’ (Wegovy), y el ‘tirzepatide’ (Mounjaro) sin financiación por parte del SNS. El ‘semaglutide’ también tiene otros nombres comerciales (ozempic y rybelsus), con indicación en pacientes con obesidad y diabetes mellitus tipo 2 (DM2) y financiado por el SNS", aclara esta doctora.

 

Coadyuvantes al tratamiento inicial, que es el estilo de vida

Hay que destacar, en opinión de la miembro de la Sociedad Española de Obesidad, que estos medicamentos no sólo ayudan en la pérdida de peso, sino que también mejoran otras condiciones de salud relacionadas, contribuyendo a un enfoque más integral y personalizado en el manejo de la obesidad: "En el tratamiento de la obesidad, los fármacos ‘análogos de GLP-1’ son considerados coadyuvantes o adyuvantes del tratamiento principal, que sigue siendo la modificación del estilo de vida".

 

Es por ello "crucial", tal y como declara la doctora Lilliam Flores, que estos tratamientos se utilicen "como parte de un enfoque integral", que incluya cambios en el estilo de vida y un apoyo médico/nutricional continuo para realizar los ajustes de dosis necesarios en función de la respuesta y de los efectos secundarios.

 

Más precaución en su uso

Es más, defiende esta experta del Hospital Clínic de Barcelona que un aumento en el uso de fármacos para tratar la obesidad puede presentar tanto beneficios como riesgos, "por lo que es importante abordar esta tendencia con precaución". Se debe de tener en cuenta que, como cualquier medicamento, estos fármacos tienen indicaciones, contraindicaciones, y efectos secundarios, que pueden ser desde leves a graves, y aunque los fármacos antes de la comercialización pasan por procesos rigurosos, algunos pueden presentar efectos adversos no anticipados una vez que se usan ampliamente, sostiene la doctora.

 

Es por ello por lo que insiste en que "no hay que olvidar que el tratamiento de la obesidad es a largo plazo y multifacético, incluyendo cambios en la dieta, ejercicio, y apoyo psicológico". De hecho, considera que "confiar únicamente en los fármacos puede ser insuficiente para abordar todos los aspectos de la obesidad".

 

Un desabastecimiento de medicamentos

Precisamente, recuerda la doctora Rocío Villar Taibo, de la Sociedad Española de Diabetes, que desde finales de 2022 sufrimos en España una situación de desabastecimiento de estos fármacos.

 

Recuerda que ya desde 2022, cuando comenzó el problema de suministro, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) emitió una serie de recomendaciones para intentar paliar el impacto de la elevada demanda de estos productos y recomendó que se priorizase su uso en pacientes con DM2, ya que las alternativas de tratamiento para mantener un buen control en estos pacientes pueden ser más complejas (por ejemplo, insulina). No obstante, estos fármacos han seguido utilizándose en pacientes sin diabetes para lograr pérdida de peso, prolongando esta situación de desabastecimiento hasta la actualidad.

 

Cómo actúan estos fármacos

Por otro lado, cuestionamos en Infosalus a la especialista de la Sociedad Española de Diabetes sobre cómo funcionan estos fármacos, explicando que, además de sus acciones sobre el apetito y la digestión, los ‘agonistas del receptor de GLP1’, como así se llaman, tienen muchos otros efectos: "En lo que respecta al control de la diabetes tipo 2 actúan sobre el páncreas, que es el órgano encargado de producir insulina, estimulando la producción de insulina propia. Esto ayuda a mejorar los niveles de azúcar en el paciente con diabetes".

 

Además destaca esta doctora que este fármaco "lo hace de manera segura", y sin aumentar el riesgo de hipoglucemia (bajones de azúcar); recordando en este punto que la DM2 se asocia con mucha frecuencia al sobrepeso y a la obesidad, y esta condición aumenta en el paciente la resistencia a la acción de la insulina (propia y exógena). "Por tanto, el efecto de reducción de peso de estos fármacos son una ventaja añadida", resalta la doctora Villar.

 

No obstante, a juicio de esta especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, la verdadera revolución se ha dado con la demostración en ensayos clínicos realizados en miles de pacientes de que estos medicamentos pueden modificar el curso de la enfermedad, de la diabetes.

 

"Sabemos que la causa más frecuente de muerte asociada a la DM2 son las enfermedades cardiovasculares, y estos fármacos han demostrado reducir la aparición de las mismas, evitando infartos, ictus o muerte de origen cardiovascular. Por tanto, estarían indicados en pacientes con DM2 con antecedentes de enfermedad cardiovascular (es decir, que ya hayan tenido un episodio previo), o que tengan alto riesgo de sufrirlo (que son la gran mayoría)", añade.

 

Por su parte, la doctora Lilliam Flores, de la Sociedad Española de Obesidad mantiene que los análogos del GLP-1 son una clase de medicamentos inicialmente desarrollados para el tratamiento de la diabetes tipo 2, que han demostrado ser efectivos en la pérdida de peso y, por lo tanto, también se utilizan para el tratamiento de la obesidad. "Estos medicamentos incluyen ‘liraglutide’ (Saxenda), ‘semaglutida’ (Wegovy), y el ‘tirzepatide’ (Mounjaro). Las indicaciones en adultos son: Pacientes con IMC superior a 30 kg/m2 o pacientes con IMC > 27 kg/m2, que tienen al menos una condición asociada al exceso de peso, como hipertensión, diabetes tipo 2, o dislipemia.

 

"Estos fármacos imitan la acción de la hormona GLP-1, que se libera de manera natural en el intestino en respuesta a la ingesta de alimentos, y actúan en el exceso de peso a través de varios mecanismos fisiológicos que influyen en la regulación del apetito, la ingesta de alimentos, y el metabolismo de la glucosa", detalla la experta en tratamiento de la obesidad.

 

Fármacos que deben ser prescritos por un médico

Finalmente, la doctora Rocío Villar Taibo, vocal de la Sociedad Española de Diabetes, mantiene que estos fármacos deben ser prescritos siempre por un médico especialista, dado que requieren una adecuada selección de los pacientes; tanto si la indicación se realiza en una persona con DM2, como cuando se prescriben en el contexto de obesidad sin diabetes.

 

Por una parte, ve fundamental que el médico realice una explicación cuidadosa de la posología, adaptándola a la situación de cada paciente, y que se haga un seguimiento para hacer un aumento progresivo de las dosis hasta lograr el efecto deseado con una buena tolerabilidad. Y en segundo lugar, es clave explicar al paciente los efectos adversos gastrointestinales, que aunque suelen ser leves, pueden ser molestos, sobre todo si el paciente no hace un correcto uso del fármaco y unas modificaciones en sus hábitos alimentarios, hacia una alimentación más saludable.